الريــم
11-06-2022, 03:53 PM
"Buscamos ni?os entre 10 y 12 a?os residentes en Canarias que puedan actuar con acento neutro". Este anuncio real para un casting audiovisual que se public? hace apenas unas semanas en las Islas esconde entre sus l?neas una de las mayores discriminaciones a la que se enfrentan los canarios a lo largo de su vida: ser menospreciados por su acento. No es un hecho aislado. El seseo, las haches aspiradas o el uso del "ustedes" no concuerda con las leyes establecidas para hacer "un buen uso del espa?ol". Canarias se encuentra en la lista de comunidades aut?nomas m?s perjudicadas por la glotofobia, un fen?meno con ra?ces clasistas y xen?fobas arraigado y aceptado que penaliza a la hora de encontrar trabajo, alquilar un piso e, incluso, desarrollar su personalidad y arraigo hacia su tierra.
El término fue acu?ado por primera vez en 2016 por el lingüista Philippe Blanchet. El francés fue el primero en percatarse de que las burlas y estereotipos asociadas a los distintos acentos utilizados en su pa?s estaban siendo utilizados para justificar actitudes discriminatorias. "En su primer estudio comprob? que a las personas que mostraban un acento m?s africano ten?an dificultades para acceder a una vivienda, pues muchos propietarios les negaban el alquiler directamente oyendo su voz teléfono", explica Susana Rodr?guez Barcia, lingüista de la Universidad de Vigo.
Aunque este ejemplo parezca desorbitado y lejano, tampoco es inusual en Espa?a. "Hay muchas personas que jam?s contratar?an a un canario por hablar como lo hacen, y esto ocurre incluso en las propias Islas", advierte Antonio Mart?n Pi?ero, lingüista de la Universidad de La Laguna (ULL), que acaba de terminar un Trabajo de Fin de M?ster en el que eval?a este fen?meno. El investigador llev? a cabo una encuesta en la buscaba entender c?mo se juzgaba a las personas en relaci?n al lugar en el que viv?a. "Cuando fui a evaluar los resultados encontré verdaderas barbaridades", resume Mart?n. Las respuestas m?s suaves relacionaban al canario con la fiesta, el humor o el sexo. Otros ten?an muy claro que los canarios eran "perezosos" y "aplatanados". Son muchos canarios que viven a la sombra de estos juicios de valor a diario, especialmente cuando viajan fuera de las Islas. En ciudades con Madrid o Barcelona, no es raro encontrarse con comentarios discriminatorios que pueden tener relaci?n con el origen canario (llam?ndoles africanos de forma vejatoria), hasta aquellos en relaci?n con su acento natal, siendo el m?s com?n un: "no te entiendo". La mayor?a, sin embargo, lo ignora o lo asume.
La RAE ha editado obras normativas tales como ‘El buen uso del espa?ol’ o el ‘Libro de estilo de la lengua espa?ola’ que, seg?n los expertos ahondan en la discriminaci?n
Pero la discriminaci?n no acaba con los estereotipos o las bromas de mal gusto; la glotofobia permea en muchos otros ?mbitos de la vida, incluso dentro de la propia comunidad. "Un residente en Canarias lleg? a contestar que jam?s contratar?an a un canario", explica Mart?n, que asegura que, en este caso, la exclusi?n tampoco ten?a que ver con la edad: "quien respondi? as? apenas ten?a 30 a?os". Rodr?guez rememora el caso de una conocida cercana que vivi? durante cinco a?os, por trabajo, en Gran Canaria con sus dos ni?as peque?as. "Cuando regres? a Galicia criticaba continuamente a sus hijas, dec?a que se hab?an vuelto unas garrulas por el acento canario que hab?an adquirido", recuerda la lingüista.
Los or?genes de la glotofobia
Los expertos consideran que los or?genes de esta discriminaci?n est?n en la pol?tica centralista del pa?s. Y es que, el hecho de que la mayor parte de las instituciones se encuentren en Madrid, ha permitido que se incentive "un uso correcto de la lengua" en detrimento de todas el resto de variantes, especialmente las del sur. "Se ha establecido un est?ndar en el uso de la lengua que se asemeja a c?mo se expresan en el centro y el norte de Espa?a, como el de Castilla-La Mancha, pero ni siquiera es igual", resalta Mart?n. El conjunto de normas ha acabado originando "la fantas?a" del acento neutro, un término con el que durante a?os se ha justificado un conjunto de normas para discernir entre un buen hablante –asociado a una persona culta– y quien no lo hace de manera correcta –usualmente una persona en riesgo de exclusi?n o con menos acceso a la educaci?n y la cultura–. Estas reglas de estilo, sin embargo, tampoco son la panacea, pues acaban primando la pronunciaci?n exquisita de todas las s?labas sin errores, por encima de la propia eficacia del acto comunicativo.
Esta concepci?n del "buen espa?ol" se remonta a los or?genes de la Real Academia Espa?ola (RAE). Sin embargo, ha sido en la ?ltima década cuando la Academia espa?ola ha editado obras normativas tales como El buen uso del espa?ol (2013) o el Libro de estilo de la lengua espa?ola (2018), donde proponen normas para "exponer pautas de lectura que se ajustan a la pronunciaci?n correcta" o "observaciones y consejos de norma con el fin de advertir al lector de frecuentes peligros de incorrecci?n".
M?s all? de la utilidad de estos libros, su mera existencia parece ahondar en el razonamiento de que solo existe un espa?ol correcto y que el resto de formas de habla son err?neas. "Este tipo de manuales lo que hacen es alimentar la glotofobia", resalta Rodr?guez. Mart?n Pi?ero va m?s all? y critica el papel de la RAE durante las ?ltimas décadas. "Faltan lingüistas y sobran académicos", afirma, puntualizando que el trabajo de una Academia debe ser velar por describir el lenguaje y no marcar una norma de su buen uso. Y es que hasta hace poco la RAE consideraba el seseo una "degluci?n del lenguaje". Aunque la definici?n ha cambiado y muchos conceptos se actualizan, el investigador insiste en que desde la instituci?n "no hay un discurso contrario" al que ha estado presente las ?ltimas décadas y que ayude a acabar con la discriminaci?n.
"Un buen uso de la lengua es conseguir un objetivo comunicativo, no ajustarse a unas normas", concreta Rodr?guez. Ambos reflexionan sobre el lenguaje inclusivo, que hoy en d?a no est? admitido por la RAE pero que muchas personas en Espa?a utilizan. "Estamos sometidos a lo que se admite y a lo que no", sentencia. Asimismo, ambos hacen hincapié en el buen trabajo que se realiza desde la Academia Canaria de la Lengua es esencial para romper con estas exclusiones.
A?os después de que diera comienzo esta silenciosa campa?a para inculcar el "buen espa?ol" en el ?mbito educativo, los telediarios, los documentales, la ficci?n, el doblaje y la pol?tica, en Espa?a se ha normalizado el juicio a quien no siga a pie juntillas estas normas. "Esta fiscalizaci?n, que dura las 24 horas del d?a, es terrible porque no contribuye a que la gente coja soltura en determinados contextos, por tanto, va en contra de la seguridad lingü?stica", critica Rodr?guez.
En Espa?a permanecen varios estereotipos asociados al acento de cada lugar, como que el murciano es "feo", el andaluz es "gracioso" o el canario es "sensual"
Los canarios se han convertido as? en v?ctimas de una culpabilizaci?n continua por el modo que tienen de expresarse. Pero no es la ?nica. Este rechazo soterrado hacia los acentos diferentes también afecta a otras comunidades aut?nomas como Andaluc?a, Murcia y Galicia, as? como al resto de regiones hispanohablantes de Latinoamérica. As? nacen algunos estereotipos asociados al acento de cada lugar, como que el murciano es "feo", el andaluz es "gracioso" o el canario es "sensual". Unos prejuicios que, a su vez, les invalidan a la hora de aspirar a ser "cultos".
Las zonas m?s discriminadas
"Toda la parte que no se considera norte?a o meridional tiene m?s prejuicios asociados como la desidia, la pereza o un menor acceso a la cultura", destaca Rodr?guez, que insiste en que es "un prejuicio absoluto". La experta lo relaciona, adem?s, con la pobreza.
No en vano las ?reas m?s discriminadas con la glotofobia coinciden con las sur de Espa?a y Canarias, donde tradicionalmente las tasas de analfabetismo han sido m?s altas que la media, el acceso a la cultura ha estado m?s limitado que en otros lugares de Espa?a y la mayor parte de la poblaci?n viv?a bajo el umbral de la pobreza. "La glotofobia tiene relaci?n con la aporafobia (fobia a la pobreza) que aparta a las personas que no cumple mis expectativas sociales", relata. En resumen, se trata de "una forma de clasismo lingü?stico o elitismo, asociado al nivel sociocultural y econ?mico", como incide Rodr?guez.
La f?rmula para encajar en aquellos lugares –sobre todo en el centro y norte de Espa?a– donde la glotofobia est? presente puede provocar una pérdida paulatina de la propia identidad. "Son muchos los canarios que al viajar a la Pen?nsula acaban cambiando su acento", se?ala Mart?n. Se trata como explica Susana Rodr?guez de "crear un personaje" para ser aceptados en un ambiente que resulta poco agradable, pero que a la larga resulta poco convincente e irreal. Adem?s, no hace m?s que incrementar el complejo de los canarios con respecto a su acento.
La glotofobia no solo proviene del ?mbito social. Es com?n que cualquier canario se encuentre desde peque?o con una bater?a de est?mulos que le animan a "hablar bien" pero que acaban teniendo efectos colaterales. Entre ellos, avergonzarse de su forma de hablar. Todo comienza en el ?mbito educativo.
"Ya no es solo que la mayor?a de canarios sepa mejor el linaje de los Reyes Cat?licos que lo que ocurri? en su tierra durante la conquista espa?ola; es que ni siquiera los libros de texto tienen en cuenta las singularidades del habla canaria", resalta Mart?n. Se refiere, por ejemplo, al hecho de que ning?n libro de Lengua Castellana utilizado en los centros educativos de Canarias contemple la acepci?n de la segunda personal del plural, ustedes, en los textos que se leen a diario en clases.
Merma de la autoestima
La falta de representatividad de las singularidades del habla canaria en la televisi?n, el cine y la literatura, as? como en los puestos directivos o de autoridad, también generan una merma de la autoestima que comienza en la infancia y se va a haciendo cada vez m?s. Algunos lo muestran tratando de matizar o, incluso esconder, su acento cuando viaja fuera de Canarias; otros simplemente dejan de expresar sus opiniones en auditorios en los que creen que no ser?n aceptados por su acento. "Hay millones de personas que dicen haiga, si les dices que hablan mal o feo es probable que intente no hablar m?s", explica el investigador, que destaca que este tipo de juicios "son capaces de silenciar ciertos discursos de forma impl?cita". A estos polic?as de la lengua se les denomina "hablistas". "Son quienes corrigen continuamente a quien, a su juicio, lo hace mal", explica Rodr?guez. Esta fiscalizaci?n de las pr?cticas comunicativas es uno de los motivos por los que estos "constructos artificiales" se mantienen en pie.
Los lingüistas defienden la necesidad de romper estos estigmas acabando con la misma concepci?n del espa?ol ?nico. "Tenemos muchas variedades distintas de espa?ol y es hora de que emancipemos las lenguas", insiste Rodr?guez. El principio del fin de la glotofobia empezar? cuando el venezolano, el andaluz, el murciano y el canario se definan de manera aut?noma para ganar "independencia intelectual.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/victimas-insulares-glotofobia-espana-penaliza-78207070)
El término fue acu?ado por primera vez en 2016 por el lingüista Philippe Blanchet. El francés fue el primero en percatarse de que las burlas y estereotipos asociadas a los distintos acentos utilizados en su pa?s estaban siendo utilizados para justificar actitudes discriminatorias. "En su primer estudio comprob? que a las personas que mostraban un acento m?s africano ten?an dificultades para acceder a una vivienda, pues muchos propietarios les negaban el alquiler directamente oyendo su voz teléfono", explica Susana Rodr?guez Barcia, lingüista de la Universidad de Vigo.
Aunque este ejemplo parezca desorbitado y lejano, tampoco es inusual en Espa?a. "Hay muchas personas que jam?s contratar?an a un canario por hablar como lo hacen, y esto ocurre incluso en las propias Islas", advierte Antonio Mart?n Pi?ero, lingüista de la Universidad de La Laguna (ULL), que acaba de terminar un Trabajo de Fin de M?ster en el que eval?a este fen?meno. El investigador llev? a cabo una encuesta en la buscaba entender c?mo se juzgaba a las personas en relaci?n al lugar en el que viv?a. "Cuando fui a evaluar los resultados encontré verdaderas barbaridades", resume Mart?n. Las respuestas m?s suaves relacionaban al canario con la fiesta, el humor o el sexo. Otros ten?an muy claro que los canarios eran "perezosos" y "aplatanados". Son muchos canarios que viven a la sombra de estos juicios de valor a diario, especialmente cuando viajan fuera de las Islas. En ciudades con Madrid o Barcelona, no es raro encontrarse con comentarios discriminatorios que pueden tener relaci?n con el origen canario (llam?ndoles africanos de forma vejatoria), hasta aquellos en relaci?n con su acento natal, siendo el m?s com?n un: "no te entiendo". La mayor?a, sin embargo, lo ignora o lo asume.
La RAE ha editado obras normativas tales como ‘El buen uso del espa?ol’ o el ‘Libro de estilo de la lengua espa?ola’ que, seg?n los expertos ahondan en la discriminaci?n
Pero la discriminaci?n no acaba con los estereotipos o las bromas de mal gusto; la glotofobia permea en muchos otros ?mbitos de la vida, incluso dentro de la propia comunidad. "Un residente en Canarias lleg? a contestar que jam?s contratar?an a un canario", explica Mart?n, que asegura que, en este caso, la exclusi?n tampoco ten?a que ver con la edad: "quien respondi? as? apenas ten?a 30 a?os". Rodr?guez rememora el caso de una conocida cercana que vivi? durante cinco a?os, por trabajo, en Gran Canaria con sus dos ni?as peque?as. "Cuando regres? a Galicia criticaba continuamente a sus hijas, dec?a que se hab?an vuelto unas garrulas por el acento canario que hab?an adquirido", recuerda la lingüista.
Los or?genes de la glotofobia
Los expertos consideran que los or?genes de esta discriminaci?n est?n en la pol?tica centralista del pa?s. Y es que, el hecho de que la mayor parte de las instituciones se encuentren en Madrid, ha permitido que se incentive "un uso correcto de la lengua" en detrimento de todas el resto de variantes, especialmente las del sur. "Se ha establecido un est?ndar en el uso de la lengua que se asemeja a c?mo se expresan en el centro y el norte de Espa?a, como el de Castilla-La Mancha, pero ni siquiera es igual", resalta Mart?n. El conjunto de normas ha acabado originando "la fantas?a" del acento neutro, un término con el que durante a?os se ha justificado un conjunto de normas para discernir entre un buen hablante –asociado a una persona culta– y quien no lo hace de manera correcta –usualmente una persona en riesgo de exclusi?n o con menos acceso a la educaci?n y la cultura–. Estas reglas de estilo, sin embargo, tampoco son la panacea, pues acaban primando la pronunciaci?n exquisita de todas las s?labas sin errores, por encima de la propia eficacia del acto comunicativo.
Esta concepci?n del "buen espa?ol" se remonta a los or?genes de la Real Academia Espa?ola (RAE). Sin embargo, ha sido en la ?ltima década cuando la Academia espa?ola ha editado obras normativas tales como El buen uso del espa?ol (2013) o el Libro de estilo de la lengua espa?ola (2018), donde proponen normas para "exponer pautas de lectura que se ajustan a la pronunciaci?n correcta" o "observaciones y consejos de norma con el fin de advertir al lector de frecuentes peligros de incorrecci?n".
M?s all? de la utilidad de estos libros, su mera existencia parece ahondar en el razonamiento de que solo existe un espa?ol correcto y que el resto de formas de habla son err?neas. "Este tipo de manuales lo que hacen es alimentar la glotofobia", resalta Rodr?guez. Mart?n Pi?ero va m?s all? y critica el papel de la RAE durante las ?ltimas décadas. "Faltan lingüistas y sobran académicos", afirma, puntualizando que el trabajo de una Academia debe ser velar por describir el lenguaje y no marcar una norma de su buen uso. Y es que hasta hace poco la RAE consideraba el seseo una "degluci?n del lenguaje". Aunque la definici?n ha cambiado y muchos conceptos se actualizan, el investigador insiste en que desde la instituci?n "no hay un discurso contrario" al que ha estado presente las ?ltimas décadas y que ayude a acabar con la discriminaci?n.
"Un buen uso de la lengua es conseguir un objetivo comunicativo, no ajustarse a unas normas", concreta Rodr?guez. Ambos reflexionan sobre el lenguaje inclusivo, que hoy en d?a no est? admitido por la RAE pero que muchas personas en Espa?a utilizan. "Estamos sometidos a lo que se admite y a lo que no", sentencia. Asimismo, ambos hacen hincapié en el buen trabajo que se realiza desde la Academia Canaria de la Lengua es esencial para romper con estas exclusiones.
A?os después de que diera comienzo esta silenciosa campa?a para inculcar el "buen espa?ol" en el ?mbito educativo, los telediarios, los documentales, la ficci?n, el doblaje y la pol?tica, en Espa?a se ha normalizado el juicio a quien no siga a pie juntillas estas normas. "Esta fiscalizaci?n, que dura las 24 horas del d?a, es terrible porque no contribuye a que la gente coja soltura en determinados contextos, por tanto, va en contra de la seguridad lingü?stica", critica Rodr?guez.
En Espa?a permanecen varios estereotipos asociados al acento de cada lugar, como que el murciano es "feo", el andaluz es "gracioso" o el canario es "sensual"
Los canarios se han convertido as? en v?ctimas de una culpabilizaci?n continua por el modo que tienen de expresarse. Pero no es la ?nica. Este rechazo soterrado hacia los acentos diferentes también afecta a otras comunidades aut?nomas como Andaluc?a, Murcia y Galicia, as? como al resto de regiones hispanohablantes de Latinoamérica. As? nacen algunos estereotipos asociados al acento de cada lugar, como que el murciano es "feo", el andaluz es "gracioso" o el canario es "sensual". Unos prejuicios que, a su vez, les invalidan a la hora de aspirar a ser "cultos".
Las zonas m?s discriminadas
"Toda la parte que no se considera norte?a o meridional tiene m?s prejuicios asociados como la desidia, la pereza o un menor acceso a la cultura", destaca Rodr?guez, que insiste en que es "un prejuicio absoluto". La experta lo relaciona, adem?s, con la pobreza.
No en vano las ?reas m?s discriminadas con la glotofobia coinciden con las sur de Espa?a y Canarias, donde tradicionalmente las tasas de analfabetismo han sido m?s altas que la media, el acceso a la cultura ha estado m?s limitado que en otros lugares de Espa?a y la mayor parte de la poblaci?n viv?a bajo el umbral de la pobreza. "La glotofobia tiene relaci?n con la aporafobia (fobia a la pobreza) que aparta a las personas que no cumple mis expectativas sociales", relata. En resumen, se trata de "una forma de clasismo lingü?stico o elitismo, asociado al nivel sociocultural y econ?mico", como incide Rodr?guez.
La f?rmula para encajar en aquellos lugares –sobre todo en el centro y norte de Espa?a– donde la glotofobia est? presente puede provocar una pérdida paulatina de la propia identidad. "Son muchos los canarios que al viajar a la Pen?nsula acaban cambiando su acento", se?ala Mart?n. Se trata como explica Susana Rodr?guez de "crear un personaje" para ser aceptados en un ambiente que resulta poco agradable, pero que a la larga resulta poco convincente e irreal. Adem?s, no hace m?s que incrementar el complejo de los canarios con respecto a su acento.
La glotofobia no solo proviene del ?mbito social. Es com?n que cualquier canario se encuentre desde peque?o con una bater?a de est?mulos que le animan a "hablar bien" pero que acaban teniendo efectos colaterales. Entre ellos, avergonzarse de su forma de hablar. Todo comienza en el ?mbito educativo.
"Ya no es solo que la mayor?a de canarios sepa mejor el linaje de los Reyes Cat?licos que lo que ocurri? en su tierra durante la conquista espa?ola; es que ni siquiera los libros de texto tienen en cuenta las singularidades del habla canaria", resalta Mart?n. Se refiere, por ejemplo, al hecho de que ning?n libro de Lengua Castellana utilizado en los centros educativos de Canarias contemple la acepci?n de la segunda personal del plural, ustedes, en los textos que se leen a diario en clases.
Merma de la autoestima
La falta de representatividad de las singularidades del habla canaria en la televisi?n, el cine y la literatura, as? como en los puestos directivos o de autoridad, también generan una merma de la autoestima que comienza en la infancia y se va a haciendo cada vez m?s. Algunos lo muestran tratando de matizar o, incluso esconder, su acento cuando viaja fuera de Canarias; otros simplemente dejan de expresar sus opiniones en auditorios en los que creen que no ser?n aceptados por su acento. "Hay millones de personas que dicen haiga, si les dices que hablan mal o feo es probable que intente no hablar m?s", explica el investigador, que destaca que este tipo de juicios "son capaces de silenciar ciertos discursos de forma impl?cita". A estos polic?as de la lengua se les denomina "hablistas". "Son quienes corrigen continuamente a quien, a su juicio, lo hace mal", explica Rodr?guez. Esta fiscalizaci?n de las pr?cticas comunicativas es uno de los motivos por los que estos "constructos artificiales" se mantienen en pie.
Los lingüistas defienden la necesidad de romper estos estigmas acabando con la misma concepci?n del espa?ol ?nico. "Tenemos muchas variedades distintas de espa?ol y es hora de que emancipemos las lenguas", insiste Rodr?guez. El principio del fin de la glotofobia empezar? cuando el venezolano, el andaluz, el murciano y el canario se definan de manera aut?noma para ganar "independencia intelectual.
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