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ãÔÇåÏÉ ÇáäÓÎÉ ßÇãáÉ : Las v?ctimas del mar que manch? el 'Prestige'


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11-06-2022, 11:41 AM
Un total de 745 playas de Galicia se ennegrecieron como consecuencia del crudo derramado tras la cat?strofe del petrolero 'Prestige' en noviembre del 2002. Algunas de las m?s afectadas se hallaban en la r?a de Arousa, donde mariscadoras, bateeiros, pescadores y dem?s profesionales del sector del mar vieron c?mo un conjunto de manchas de chapapote semejante a la que d?as antes hab?a encallado en la costa noroeste de Galicia amenazaba sus dominios.

Los esfuerzos de los vecinos se centraron entonces en frenar su llegada con los medios que ten?an a mano, en ello les iba la vida. Igual de fundamental fue el papel de quienes quisieron arrimar el hombro acercando comida caliente a quienes trabajaban en primera l?nea, cosiendo barreras anticontaminaci?n en las lonjas y alzando la voz clamando auxilio administrativo.

La producci?n de pesca aut?ctona –la vertiente m?s afectada– después de la tragedia se redujo en 31.000 toneladas y 56 millones de euros, seg?n especialistas.

20 a?os después, FARO DE VIGO, del grupo Prensa Ibérica, recoge los testimonios de cuatro de estos protagonistas que libraron de cerca una de las batallas medioambientales y socioecon?micas m?s crueles de todo el planeta: Javier Blanco, bateeiro que coordin? parte de la flota de barcos que se adentraron en el agua salada a limpiar las m?culas de petr?leo; Lourdes Corvo, una de las mariscadoras que tejieron las susodichas protecciones para tratar de evitar el acercamiento del fuel; Francisco Iglesias, ex patr?n mayor de O Grove recordado por iniciar una huelga de hambre reivindicando mayor apoyo de las autoridades; y, finalmente, Suso Dom?nguez, coordinador de los voluntarios en las tareas de limpieza en Con Negro.

Francisco Iglesias - Ex patr?n mayor de O Grove

https://uc-4u.com/clip/612114bc-f0a0-4439-a13a-9ef293fdb710_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Francisco Iglesias, en el monumento a los voluntarios en San Vicente do Grove. | I?AKI ABELLA
“Alguna gente del sector prefiri? hacer quedar bien a sus coleguillas pol?ticos”

Francisco Iglesias, recién nombrado coordinador del Partido Galeguista en la zona de la r?a de Arousa, actuaba como patr?n mayor de la Cofrad?a de Pescadores de O Grove en aquel 2002. Siempre ser? recordado como una de las tres personas que emprendieron una huelga de hambre de cinco d?as en diciembre de ese a?o, junto con el patr?n mayor de A Pobra do Carami?al y el gerente de la Cofrad?a de Cangas do Morrazo. “Fue un mecanismo de presi?n para que las administraciones pusieran medios para combatir la marea negra; entonces, ya hab?a pasado la primera parte, pero a?n andaban flotando manchas enormes, de hasta 30 km de longitud, y quer?an que fuéramos nosotros a recogerlas como hicimos en la primera vez, con nuestras manos”, recuerda para FARO. Finalmente, su acci?n s? tuvo recompensa: “Pedimos barreras oce?nicas y m?s material, y nos dijeron que no hab?a, pero tras la huelga aparecieron..., algo mejor? después”.

https://uc-4u.com/clip/045cce37-9792-4ee9-b748-14ee516f2560_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Francisco Iglesias, durante su huelga de hambre. | EFE
Iglesias centra su discurso en el papel de las autoridades. “No lo vieron venir desde el primer momento o no se preocuparon de saber qué era exactamente lo que pasaba, se tard? mucho tiempo en reaccionar; de hecho, no fue hasta enero cuando me llam? Corina Porro –conselleira de Asuntos Sociais– para ponerse a disposici?n de nuestra cofrad?a”, relata.

“En la r?a de Arousa, hubo una uni?n del 90 % en cuanto a las reivindicaciones y a salir a recoger el chapapote, pero entre las federaciones de cofrad?as hubo divisiones a la hora de solicitar medios y hacer efectivas las indemnizaciones”, rememora. Y especifica: “Algunos de las federaciones afines a ciertas ideas dec?an que no hac?a falta m?s dinero, que todos estaban contentos, y quienes ten?an la potestad institucional para negociar eran las federaciones, eso provoc? que alguna gente del sector se quedase sin cobrar, como ciertos marineros, mariscadores, pescantinas, personas que no estaban dadas de alta en la Seguridad Social o que se encontraban de baja...”. Esa coyuntura desemboc? tiempo m?s tarde en la dimisi?n del propio Iglesias: “Hubo gente del sector que tir? m?s por el tema pol?tico para hacer quedar bien a sus coleguillas, pero a m? me daba exactamente igual quién estaba gobernando cuando se trataba de pedir ayuda”.

"Algunos de las federaciones afines a ciertas ideas dec?an que no hac?a falta m?s dinero, que todos estaban contentos"

Al hilo, el auxilio econ?mico acab? llegando “r?pido”, constata, “unos 1.400-1.500 euros al mes por tripulante y otras cantidades para los patrones y armadores”; no as? las indemnizaciones, que demoraron m?s. “Fueron m?s r?pidos para eso que para comprar el material para combatir la marea negra porque les interesaba m?s pol?ticamente”, critica 20 a?os después.

Una vez superada la peor faceta de la cat?strofe, el ex patr?n mayor de O Grove continu? perseverando para conseguir “un plan de recuperaci?n de zonas”, una reivindicaci?n que “cay? en saco roto”: “Hubo una desidia total desde las administraciones, la Xunta de Galicia no hizo un plan serio, y por parte de la Federaci?n Galega de Confrar?as tampoco se hizo absolutamente nada”.

"Hubo una desidia total desde las administraciones, la Xunta de Galicia no hizo un plan serio, y por parte de la Federaci?n Galega de Confrar?as tampoco se hizo absolutamente nada"

Para acabar, Iglesias considera que “los efectos del 'Prestige' ya pasaron”, pero insiste en que “ahora hay otro tipo de contaminaci?n”: “Est? todo pachucho en cuanto a la producci?n marisquera, es un 50 % menor, y hace falta investigar, pero hay un cierto abandono por parte de todos”. Precisamente, este ?ltimo ha sido uno de los motivos, junto con el “des?nimo del sector”, que le han hecho “retomar la vida p?blica”, pues esta semana confirm? a FARO que ejercer? como coordinador del Partido Galeguista en O Salnés-Barbanza. “Mi objetivo es expandir el producto m?s all? de las fronteras gallegas en un momento en el que la pol?tica est? desfigurada”, asever?.

Suso Dom?nguez - Coordinador del voluntariado

https://uc-4u.com/clip/bceb3e74-4254-4ff6-9783-a3c8fe1e8d05_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Suso Dom?nguez, voluntario durante la cat?strofe. | FDV
“Hab?a personas comiendo bocadillos con fuel”

Suso Dom?nguez form? parte de uno de los primeros equipos de voluntarios para la limpieza de chapapote que envi? la Asociaci?n para a Defensa Ecol?xica de Galiza (Adega), controlados a su vez por la Xunta. Su funci?n m?s relevante la desempe?? durante el puente de diciembre del 2002, momento en el que el fuel comenz? a devorar la r?a de Arousa, cuando ejerci? concretamente como coordinador de un grupo de voluntariado.

“Adega nos hab?a impartido un curso de formaci?n para crear zonas de descontaminaci?n e impedir que todo lo que se cogiese en el mar acabase contaminando la tierra. El d?a 6, marché a las 8.00 h para presentarme en la delegaci?n de Tragsa en Pontevedra, all? nos dieron un mono, unas botas y poco m?s, y me mandaron para la bater?a militar de Con Negro, en San Vicente do Grove”, explica, a la vez que critica el “nivel de descoordinaci?n” desde la propia Tragsa y las administraciones. Dom?nguez, protésico dental de profesi?n e implicado anta?o en la plataforma social Nunca M?is, también acudi? el siguiente fin de semana y otras jornadas m?s al mismo lugar para “ayudar”.

https://uc-4u.com/clip/00ab1da9-7a45-4fe5-a60e-7c177aaf22ab_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Un voluntario en la limpieza del chapapote en la bater?a militar se hidrata durante el puente de diciembre. | EFE
https://uc-4u.com/clip/978ecf49-f05a-4b8c-901f-ec76440ce69c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Capachos llenos de fuel en la zona de la bater?a militar. | EFE
Recuerda as? su primera impresi?n: “Llegué y vi a cientos de voluntarios, algunos metidos hasta la cintura en el fuel; de all? se quitaron en esos d?as 80 contenedores de obra llenos de chapapote”. Su papel era “organizar” a todas esas almas caritativas y gestionar “d?nde ubicar los contenedores, los barre?os grandes para meterse con las botas y dejarlas limpias y las zonas de comida”. Adem?s, “pon?a y quitaba trajes, recog?a petr?leo y ayudaba a trasladar y vaciar capachos”, entre otras tareas. “Ven?an vecinos y personal de las tabernas con lentejas y dem?s alimentos... Los primeros d?as ve?a a gente llena de fuel hasta las orejas comiendo un bocata con fuel también, aparte, el olor era impresionante”, rememora.

En relaci?n a las dolencias consecuentes de las tareas de limpieza de la marea negra, Dom?nguez experiment? “dolores de cabeza durante esos d?as, sobre todo por la noche, y cierto mareo”: “Vi gente con muchas m?s afecciones, personas cuya piel hab?a estado en contacto directo con el fuel y que hab?an respirado los fuertes vapores”.

"Tengo una imagen en negro y, a continuaci?n, la piel blanca de las personas que se quitaban el traje…, era como un destello de luz"

Otro de sus recuerdos m?s intensos le retrotrae al final de cada jornada en la bater?a militar, donde no hab?a iluminaci?n artificial: “Tengo una imagen en negro y, a continuaci?n, la piel blanca de las personas que se quitaban el traje… era como un destello de luz”. “Pasaron los d?as y nunca llegamos a tener la iluminaci?n que hab?a solicitado”, reprende, al mismo tiempo que evoca “la mentira sistem?tica y la negaci?n del problema por parte de los organismos oficiales”: “Dec?an que hab?a material y de todo, y que no hab?a fuel, etc., luego no fue as?, no hab?a barreras, no hab?a protocolos..., hab?a esa sensaci?n de enga?o, frustraci?n e impotencia, de estar analizando lo que escuchabas para contrastarlo con lo que estabas viendo”.

M?s informaci?n (Auto)


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“El sentido com?n te dec?a de trasladar el petrolero a un puerto, era una bola de nieve y cada vez era m?s incre?ble la gesti?n irracional que se estaba haciendo, en aquella zona, todo lo que lleves para el mar, viene de vuelta para la tierra, y uno de O Grove lo sabe; dijeron incluso que hab?a que bombardear el barco, fue un desprop?sito...”, concluye.

Javier Blanco - Bateeiro

https://uc-4u.com/clip/d90092fc-4c39-484b-84be-1cf9b81f858f_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Javier Blanco, bateeiro y presidente de la asociaci?n de mejilloneros Ventos da R?a. | I?AKI ABELLA
“Hasta el perro trabaj? en el ‘Prestige’, un d?a acabé que no sab?a ni andar”

Javier Blanco, bateeiro arousano y, en la época del 'Prestige', presidente de la Organizaci?n de Productores de Mejill?n de Galicia (Opmega), fue una de las pocas personas que observaron la cat?strofe del 2002 desde el aire: “Se nos ment?a tanto que exigimos ir en los helic?pteros y en los barcos de las administraciones para comprobar la situaci?n”, cuenta a FARO.

“Los primeros d?as ayudamos con el chapapote con nuestros propios medios, nos llegaban trajes y guantes desde todas las partes de Espa?a; recuerdo la impotencia de aquel momento: se nos ped?a poner unos pl?sticos de invernadero, que nos hab?an dado las autoridades, alrededor de las bateas para impedir que entrara el fuel, un desconocimiento…”, rememora Blanco, actualmente presidente de la asociaci?n de mejilloneros Ventos da R?a. Con todo, gran parte de los profesionales del mar “no hicieron ni caso, era mayor la inteligencia de la propia gente”.

"Hubo pa?ses que durante mucho tiempo no nos quisieron el producto y alguna conservera incluso devolvi? varias partidas"

Este bateeiro vivi? la llegada del fuel a la r?a de Arousa “en primera l?nea”: “Me encargaba de repartir a la gente que iba en los barcos a recoger el petr?leo, intent?bamos compensar a las tripulaciones, gente joven con gente mayor, porque realmente era un trabajo agotador desde que te levantabas, era tremendo, un d?a acabé que no sab?a ni andar, y en el muelle, el nerviosismo era muy grande”. Blanco relata dos décadas m?s tarde c?mo “la suerte” estuvo del lado del pueblo, pues "al tercer d?a, cambi? el viento a la una de la tarde, cuando ya las fuerzas empezaban a fallar”.

https://uc-4u.com/clip/a9d83960-1d11-40ab-85be-1d2379a5d270_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Pescadores recogen el fuel vertido en Agui?o. | MIGUEL VIDAL (REUTERS)
Tras lo peor de la tragedia, continu? la crisis. “Mucha parte de la producci?n de ese a?o acab? en el fondo porque no tuvo salida, estuviera o no afectada, y las ventas cayeron a m?nimos hist?ricos. Hubo pa?ses que durante mucho tiempo no nos quisieron el producto y alguna conservera incluso devolvi? varias partidas. Hab?a miedo y no protestabas, te dec?an que el mejill?n ten?a hidrocarburos y te pagaban lo que quer?an, los tuviera o no, pero tragabas por el miedo a que no siguieran comprando”, abunda. La problem?tica prosigui? en el tiempo, pero en otro frente: “Al a?o siguiente, las rocas donde recolect?bamos la mejilla se vieron afectadas, hubo zonas donde habitualmente recog?amos y ya no se pod?a recoger, y en otras, no peg? la mejilla y tuvimos problemas de abastecimiento para la nueva campa?a”. Progresivamente, “la producci?n ya se fue normalizando”.

https://uc-4u.com/clip/762f5636-92b7-40c4-89d7-04c15ee67a3c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Labores de limpieza del mar en la r?a arousana. | Reuters
La relaci?n con las administraciones, afirma Blanco, supuso uno de los puntos m?s decepcionantes: “No ayud? para nada la informaci?n que se nos transmit?a desde las autoridades de aqu?, no nos fiamos cuando nos dijeron aquello de los ‘hilitos de plastilina’ –en palabras de Mariano Rajoy– y se nos minti? con respecto a la ruta que llevaba el barco, por lo que decidimos escuchar a las autoridades portuguesas”. Sobre la soluci?n final que se tom? con el petrolero, Blanco no titubea: “Lo l?gico hubiera sido meterlo en un puerto, se joder?a un puerto, pero se joder?a solo una zona, no Galicia entera”.

En cuanto a las ayudas, Opmega pudo recuperar todo lo que hab?a invertido en material durante la limpieza y los bateeiros cobraron una cuant?a econ?mica “por cada d?a que fueron a trabajar”, asimismo, el sector percibi? una partida de auxilio por las propias consecuencias del 'Prestige'. “Los bateeiros tardamos en cobrar unos cinco meses y la indemnizaci?n lleg? tras dos a?os, m?s o menos”, sentencia, a la vez que se muestra satisfecho con lo recibido.

"Especialmente A Illa de Arousa fue un ejemplo para todos, hasta el cura y el perro trabajaron..."

La sensaci?n final que permaneci? en la mente de este bateeiro tras el pulso contra la marea negra fue la de haber dado una “lecci?n incre?ble”: “Especialmente A Illa de Arousa fue un ejemplo para todos, hasta el cura y el perro trabajaron... También recuerdo que hasta se nos ofrec?a leche porque se dec?a que ten?amos que beberla para mitigar los efectos del hidrocarburo”, relata orgulloso. “Me quedo con que la gente, cuando hay algo as?, olvida todo, hasta los problemas familiares, se luch? codo con codo hasta con quien no te llevabas bien”, termina.

Lourdes Corvo - Mariscadora

https://uc-4u.com/clip/dacdc849-4984-4f18-8a60-86d8c7ffb308_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Lourdes Corvo, en Vilaxo?n. | I?aki Abella
“Eran jornadas fr?as; estuvimos haciendo barreras d?as y d?as en la lonja”

Lourdes Corvo trabajaba como mariscadora en Vilaxo?n cuando estall? el 'Prestige'. Su funci?n entonces pas? a ser la de “evitar que el fuel traspasara” hacia la r?a de Arousa: “Estuvimos haciendo barreras d?as y d?as en la lonja”, explica a FARO.

Estas protecciones anticontaminaci?n, que eran tejidas de forma artesanal por voluntarias, acabaron por no tener todo el efecto deseado tras ser, en su mayor?a, desbordadas por el propio vertido.

“Eran jornadas fr?as, pero ?bamos muy abrigados, y la sensaci?n que viv?amos era de preocupaci?n porque estaba en peligro nuestro trabajo y el de las futuras generaciones; nos turn?bamos para las comidas, incluso hab?a gente que nos tra?a empanadas..., en esos momentos hubo mucha uni?n”, recuerda.

https://uc-4u.com/clip/fd707743-d5c9-4f47-8392-df695ee4deea_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Mariscadoras de O Grove cosen barreras anticontaminaci?n en la lonja. | EFE
De aquella época, aprendi? lo siguiente: “Parece que los seres humanos vamos cada uno por nuestro lado, pero en los momentos en los que hay que juntarse y ayudar, estamos todos ah?”.

Corvo, ahora presidenta de las mariscadoras de Vilaxo?n, opina que el tiempo que tuvieron que permanecer paradas no fue tan excesivo “como en otras zonas” y que la ayuda econ?mica obtenida de los organismos oficiales les vino “muy bien” en aquellos dif?ciles momentos: “A m? me llegaron unos 1.200 euros por mes y no me sent? abandonada por las administraciones”.

"Nos turn?bamos para las comidas, incluso hab?a gente que nos tra?a empanadas"

En este sentido, comenta que “las campa?as de la propia administraci?n” supusieron un amparo para el sector a la hora de certificar “que no hab?a peligro para el consumo del producto”: “Eso nos gener? tranquilidad”, abunda. “A las autoridades, les vino todo muy encima y reaccionaron de la forma que supieron, creo que intentaron ayudar, nos mandaron el material para que pudiéramos hacer las barreras y todo lo pagaron ellos. ?Que se pudieron hacer mejor o peor las cosas? No lo sé. Sabemos que nunca se hacen a gusto de todos”, finaliza.



ÃßËÑ... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/victimas-mar-mancho-prestige-78199085)

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